Sin prisa pero sin pausa. El mercado residencial español ha entrado definitivamente en un nuevo ciclo, el de la recuperación. Si bien el despegue se producirá con cierta moderación. De hecho, tal y como constata el informe ‘Situación inmobiliaria en España’, elaborado por BBVA Research y Real Estate, el arranque del nuevo ciclo está siendo mucho más suave que en ocasiones anteriores debido a la acumulación de nuevas viviendas sin vender -lo que ha condicionado el funcionamiento del mercado en los últimos años, retrasando la puesta en marcha de nuevos proyectos y agudizando la corrección del precio de la vivienda- y al proceso de desapalancamiento por el que están pasando las familias españolas.
En 2015, la venta de viviendas superará las 400.000 unidades. El cambio de tendencia se inició en 2014 y se ha consolidado a lo largo de este ejercicio. «De hecho, en los tres primeros trimestres de 2015, la venta de viviendas aumentó un 10,9% hasta superar las 283.000 unidades. Este ritmo de ventas se acelerará en el cuarto trimestre y la tendencia continuará, también, en 2016». No en vano, desde el servicio de estudios de BBVA, aseguran que se mantendrá la recuperación en el mercado de trabajo.
La recuperación ha venido, pues, para quedarse, pero ¿cuáles son los pilares que apuntalarán esta tendencia en 2016 sin miedo a que pueda producirse una recaída?
1.- Fortaleza de la demanda vía mejora del empleo. Entre 2014-2015, el número de ocupados aumentará en algo más de un millón de personas y todo hace pensar que la mejora continuará también en 2016 y se generarán alrededor de medio millón de empleos netos adicionales. lo que supone un fuerte impulso para la demanda residencial, tanto de vivienda principal como vacacional.
2.- Renta de las familias. En consecuencia con lo anterior, la renta disponible de los hogares comenzó a registrar crecimientos interanuales positivos a partir del verano de 2014. Esta tendencia ha continuado también en 2015 hasta alcanzar un aumento del 4% interanual a mitad de año. En este sentido, la mejora de los ingresos de los hogares, al tiempo que ha descendido la presión fiscal, da lugar a un avance en la renta de las familias, lo que supone la existencia de otro elemento positivo que apoya la demanda residencial. Hacia adelante, se espera que la renta de las familias se recupere también en 2016 vía recuperación del empleo.
3.- Riqueza de las familias. Por primera vez desde 2007 (y desde el segundo trimestre de 2014) hay tasas de crecimiento. La positiva evolución de los mercados financieros y la estabilización de los precios residenciales están permitiendo la recomposición de la riqueza de las familias, lo que facilita la vuelta a la inversión residencial por parte de los hogares: en 2016, el incremento de la renta bruta disponible se intensificará, alcanzando una tasa interanual del 3,1% en términos nominales, lo que se verá favorecido por el aumento de la riqueza de los hogares y por la reducción de la carga fiscal derivada de la rebaja del IRPF.
4.- Confianza de los consumidores. A finales de 2015 presenta niveles similares e incluso superiores a los anteriores a la crisis. Así, al final del tercer trimestre de 2015, los indicadores de percepción por parte de los hogares de la situación económica en los próximos 12 meses muestran valores máximos previos a la recesión. La mejora del empleo, la renta y la riqueza de las familias está contribuyendo a una visión más optimista por parte de las familias.
5.- Positiva evolución del proceso de formación de hogares. De hecho, desde el primer trimestre de 2007 se han formado en España un total de 19 millones de nuevos hogares, con un avance interanual del 1,4% de media.
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